domingo, 3 de julio de 2011

SI

SI

Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor todos la pierden,
y te cubren de reproches;

Si puedes tener fe en tí mismo cuando duden de ti los demás hombres,
y ser indulgentes para con su duda;

Si puedes esperar, y no sentirte cansado con la espera,

y siendo blanco de falsedades no caer en la mentira,
y s
i eres odiado, no odiar,
sin que por ello te creas ni demasiado necio ni demasiado cuerdo...


Si puedes soñar, sin que los sueños imperiosamente te dominen;

Si puedes pensar sin que los pensamientos sean tu objeto único;

Si puedes encararte con El Triunfo y El Desastre, y tratar de la misma manera a esos dos impostores...


Si puedes soportar que a la verdad por tí expuesta,
la veas retorcida por los pícaros para convertirla en el lazo de los tontos;

Si puedes contemplar que las cosas a las que has dado tu vida están deshechas,
y entonces agacharte y construírlas de nuevo aunque sea con gastados instrumentos...


Si puedes poner, en un solo haz todos tus Logros,
y jugarlos, a cara o cruz en una sola vuelta;
y s
i perdieras, volver a empezar como empezaste,
y nunca derramar tan solo una lágrima sobre la pérdida sufrida....

Si puedes ordenar a tus nervios y a tu corazón que te obedezcan,
aún después de haber desfallecido;
y que así se mantengan hasta que en tí no haya otra cosa
que la voluntad gritando:
"persiste, es la orden"...

Si puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud; y

Si puedes alternar con Reyes, sin perder tus comunes rasgos;

Si nadie: ni enemigos o amantes amigos puedan hacerte daño,

Si todos pueden confiar en tí, pero ninguno demasiado...


Si eres capáz de llenar el interminable minuto de la lucha
con el valor de los sesenta segundos del combate final:

Si, tuya es la tierra y la vida y todo cuanto ella tiene:
y lo que vale mas... serás un hombre, hijo mío!

RUDYARD KIPLING


Esta versión corresponde al "SI" de Rudyard Kipling (Bombay, India 1865 - Londres, Inglaterra 1936), un autor reconocido por sus textos de corte aventurero, marcial y Victoriano.
Kipling fue un gran escritor y entre sus más memorables obras se encuentran los populares "Libro de la Selva", "Kim" y "Gunga Din".
Junto al "Sí" que presento, considero que su mejor escrito es el cuento corto "El Hombre que quiso ser Rey".
A menudo se suelen leer críticas severas sobre el hombre, en particular y sin extenderme, por su condición de "Inglés" nacido en una Colonia (las mal llamadas Indias Británicas), su evidente tendencia hacia las costumbres Victorianas de su época juvenil, su afiliación a logias y por haber caído, al parecer, en una trampa: por un símbolo personal distintivo que utilizaba antes de que surgiera el Nazismo, una especie de cruz esvástica, se lo afilió a ésa ideología.
Otra característica, que pido sea salvada por el lector, es que el "Si" de Kipling está dirigido al hombre, no es "genérico". Al momento de escribirlo, excluyó completamente a las mujeres.
Con una mente un tanto amplia, y abstrayéndonos de este asunto, los versos del "Sí" son valiosos para todos.
La versión arriba transcripta es la primera que llegó a mis manos, de chico; un regalo en forma de pergamino para uno de mis cumpleaños que en aquel momento no supe apreciar. Obviamente en aquella época infantil el "Sí" y su pergamino quedaron guardados.
En épocas de estudio (como suelo decir y creer) los libros o textos llegan a uno; nos engañamos al pensar que nosotros elegimos un libro, quiero pensar que es al revés: un libro lo elige a uno por una especie de magia que no pretendan que explique acá.
El contenido del "Sí" es idealista, pero llama a la fortaleza anímica: habla de nervios, tendones corazón, pero también de habilidad, picardía, persistencia y voluntad.

El "Sí" de Kipling tiene una característica particular: ha sido traducido a todos los idiomas, y por esa causa existen literalmente cientos de versiones diferentes, con más o menos el mismo contenido y fuerza. Algunos consideran que luego de los textos religiosos que sabemos, el "Sí" es uno de los más difundidos y en proporción, poco conocido.

La versión original de Kipling es ésta:


"IF

IF you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you,
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;
If you can wait and not be tired by waiting,
Or being lied about, don't deal in lies,
Or being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise:
If you can dream - and not make dreams your master;
If you can think - and not make thoughts your aim;
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two impostors just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to, broken,
And stoop and build 'em up with worn-out tools:
If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: 'Hold on!'
If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with Kings - nor lose the common touch,
if neither foes nor loving friends can hurt you,
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run,
Yours is the Earth and everything that's in it,
And - which is more - you'll be a Man, my son!"


Y mi propia versión, torpemente traducida:


Si puedes mantener la cabeza por sobre todos los que la pierden
Echándote culpa,
Si puedes confiar en ti mismo cuando todos los hombres dudan de tí,
Pero tener en cuenta también sus dudas,
Si puedes esperar y no sentirte cansado por la espera;
O ser mentido y no tratar con mentirosos,
O ser odiado y no seguir el camino del odio,
Y aún así no parecer demasiado bueno,
Ni hablar demasiado prudente:

Si puedes soñar - y no hacer que los sueños te dominen;
Si puedes pensar - y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre
Y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho
Torcida por bribones para hacer una trampa para tontos,
O ver las cosas a las que diste su vida , rotas,
Y agacharte y reconstruirlas con herramientas desgastadas:

Si puedes amontonar todas tus ganancias
Y arriesgarlas de una vuelta jugángola a cara o cruz,
Y perder, y empezar de nuevo desde tus comienzos
Y nunca decir una palabra sobre tu pérdida;
Si puedes obligar a tu corazón y nervios y tendones
Que sirvan a su manera mucho después de que te dejaron,
Y entonces declarar en cuando no hay nada en ti
Excepto la Voluntad que les dice: "Aguarden!"

Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud,
O caminar con reyes - sin perder el sentido común,
Si ni los enemigos ni los amigos pueden herirte,
Si todos los hombres cuentan contigo, pero ninguno demasiado;
Si puedes llenar el minuto implacable
Con sesenta segundos valerosos de distancia recorrida,
Tuya es la Tierra y todo lo que está en ella,
Y - lo que es más - serás un hombre, hijo mío!

lunes, 13 de junio de 2011

Me gustas cuando callas


ME GUSTAS CUANDO CALLAS

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra "melancolía".

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa, como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda (1904-1973,
Chile)


Pocas palabras para esta ocasión.
Tal vez obligadas; nació y murió este Chileno, pero se me hace mentira.
Por extraña magia de la literatura él es universal y eterno.


sábado, 9 de abril de 2011

ALTAMIRA

" De Santillana salimos en auto para un encuentro emocionante: los bisontes, ciervos y jabalíes de la Caverna de Altamira

Lloviznaba.

Nos paramos al borde de un camino ante la casucha del encargado de la cueva, que era, por cierto, un cura. Protegidos por su paraguas rojo, atravesamos unos campos sembrados, rasos, sin señales de nada.

De pronto, al bajar un declive del terreno surgió una puertecilla. ¡Quién lo hubiera pensado! Por allí se penetraba al santuario más hermoso de todo el arte español.

A oscuras, empezamos a descender hacia el fondo de la tierra. Una luz se encendió, pero seguimos caminando por un pasillo estrecho, más en pendiente cada vez y húmedo. Yo ni me atrevía a respirar, observando las rocas laterales, deseoso de descubrir algún indicio de lo que íbamos a ver.

Nada.

De repente, unos ocultos reflectores se prendieron.

Y, ¡oh maravilla!, estábamos ya en el corazón de la cueva, en la oquedad pintada más asombrosa del mundo.

Recostados sobre las grandes piedras del suelo, pudimos abarcar mejor, ya que es baja la bóveda, aquel inmenso fresco de los maestros subterráneos de nuestro cuaternario pictórico.

Parecía que las rocas bramaban.

Allí, en rojo y negro, amontonados, lustrosos por las filtraciones del agua, estaban los bisontes, enfurecidos o en reposo.

Un temblor milenario estremecía la sala.

Era como el primer chiquero español, abarrotado de reses bravas pugnando por salir.

Ni vaqueros ni mayorales se veían por los muros. Mugían solas, barbadas y terribles bajo aquella oscuridad de siglos.

Abandoné la cueva cargado de ángeles, que solté ya en la luz, viéndolos remontarse entre la lluvia, rabiosas las pupilas...”


Rafael Alberti

(Santa maría de Cádiz, España, 1902-1999)

LA ARBOLEDA PERDIDA”- Libro II 1917-1931,1989

Editorial Seix Barral . Barcelona, España.